La historia de Sabas Garrido: un peso que se convirtió en esperanza

La fuerza de un peso: la historia de Sabas Garrido y su misión de ayuda

Hay historias que no solo informan, sino que conmueven y transforman. Historias que nos recuerdan que el verdadero valor de la vida no está en lo que acumulamos, sino en lo que damos. Una de esas historias es la de Sabas Garrido, un hombre que un día decidió que ayudar era más importante que cualquier otra cosa.

“Lo más impactante para mí fue Tapachula, Chiapas, con todos los migrantes cubanos y venezolanos… los niños, las niñas, cómo sufren ahí”, relata con voz cargada de emoción. Ver la pobreza de cerca, sentir la impotencia de quienes no tienen un taco que comer, fue el motor que lo llevó a ampliar su misión. Lo que comenzó con un simple peso, hoy se ha convertido en toneladas de medicamentos y apoyos que viajan por México y más allá.

La historia de Garrido no es la de un millonario que dona lo que le sobra, sino la de un hombre común que entendió que cada gesto cuenta. “Empecé solo, luego me hice de muy buenos amigos, de un muy buen equipo que también les gusta ayudar. Entonces ya no es un peso, ya son muchos pesos que juntos hacen una gran diferencia”. Esa filosofía es profundamente humana y cercana: todos tenemos la capacidad de ayudar en mayor o menor medida.

Su iniciativa más reciente es una carrera en el Parque Hundido, organizada en colaboración con la alcaldía Benito Juárez. Con distancias de 5 y 10 kilómetros, el objetivo es recaudar fondos para medicamentos y apoyos. Lo innovador es que también se incluirá a los perritos, quienes recibirán medallas especiales por participar junto a sus dueños. Un detalle tierno que demuestra que la ayuda también puede ser alegre y comunitaria.

Pero Garrido no se limita a los eventos. En Iztapalapa, apoya un albergue con 55 perros. Ahí, lo único que se pide son croquetas. Una acción sencilla que refleja la filosofía de su vida: dar no se trata de cuánto, sino de cómo. La ayuda puede ser una bolsa de comida, un paso en una carrera, una hora de tu tiempo, o incluso una palabra de aliento.

Esta historia es de interés para todos porque nos conecta con lo esencial: la solidaridad. En un mundo que a veces parece dominado por la indiferencia, recordar que hay personas que dedican su vida a los demás es una inspiración poderosa. Y, más aún, es una invitación a la acción.

Sabas Garrido nos enseña que el altruismo no es una tarea imposible ni reservada a unos pocos. Es algo que todos podemos practicar desde hoy, desde lo más pequeño. Porque ayudar, al final, es lo que realmente nos hace humanos.

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